Microplásticos: ¿Qué sabemos sobre ellos?

Los microplásticos son partículas de menos de 5mm de diámetro. Se les denomina primarios si han sido fabricados específicamente para su uso en distintos productos, a partir de un proceso de refinado de petróleo, como es el caso de algunos cosméticos que los llevan, pasta de dientes, detergentes, geles de baño, exfoliantes y textiles sintéticos. Se les llama secundarios si son derivados de los restos de plástico mayor, que al no degradarse se desintegran dando como resultado estas pequeñas y a veces microscópicas partículas, hablamos de bolsas de plástico, envases, pajitas, bastoncillos de algodón y un largo etc.

Las toneladas de plástico que cada año llegan al mar van en aumento y la ingestión de este plástico por parte de la fauna marina, es un problema reconocido mundialmente. Esta ingestión les provoca muchas veces la muerte, por ahogamiento, envenenamiento o como hemos visto en vídeos o fotografías con sus cuerpos mutilados o deformados por restos de plásticos que se convierten en trampas atroces para estos animales. Ahora se suma también la preocupación del salto a la cadena alimentaria.

La voz de alarma de muchos expertos apunta a que a través del consumo de peces y crustáceos contaminados por plásticos, así como el consumo de alimentos de origen diverso envueltos en este material, envases para bebidas están minando nuestra salud.

Aunque aún no se ha determinado las cantidades perjudiciales de la ingesta de microplásticos en humanos, y aún no hay ningún trabajo empírico por parte de los investigadores para llegar a conclusiones certeras, los datos ya conocidos, son muy preocupantes.

Hay ejemplos que asustan, como es la constatación de que cada minuto se compran más de un millón de botellas de plástico en el mundo y la cifra va en aumento. Es una realidad que cuantos más plásticos generemos, los residuos aumentarán de forma exponencial, pudiendo acabar en los sistemas hídricos globales.

La tarea es inmensa, pero son muchas las empresas preocupadas por el medio ambiente que toman la iniciativa de retirar estos microplásticos de sus productos. Un ejemplo de ello, lo encontramos en el sector de la cosmética donde están sustituyendo estos microplásticos, por sustancias naturales como cáscaras de frutas, sales y semillas.

También las campañas sobre cómo reciclar correctamente están dando sus frutos, así como la concienciación a través de muchas plataformas que luchan por un futuro sostenible.

Ejemplo de ello es el movimiento #BreakFreeFromPlastic (Rompe con el Plástico), donde muchas organizaciones entre ellas Greenpeace, se han puesto en marcha para frenar el problema y en el que nos explican lo importante que es hacer cambios en nuestra vida diaria para acabar con la contaminación por plásticos.

Gestos como ir a la compra con bolsas recicladas, usar botellas de cristal, utilizar productos de higiene personal con certificados naturales y con ingredientes ecológicos, no utilizar pajitas, bastoncitos de higiene personal, y todos aquellos productos de un solo uso, etc.. son acciones que todos deberíamos hacer si queremos mejorar la salud de nuestro planeta.

A partir de 2021 en la UE estarán prohibidos los plásticos de un solo uso, esta es una medida acordada por el Parlamento y el Consejo Europeo, que se votará este mes de enero por la comisión de Medio Ambiente para que entre en vigor en 2021 y hace referencia a productos como los bastoncillos de algodón, pajitas, platos, cubiertos, algunos recipientes y embalajes que tendrán que ser fabricados con materiales no plásticos.

Esta medida según cifras de la Comisión Europea (CE), permitirá ahorrar a los consumidores 6.500 millones de euros, se reducirá el coste en daños ambientales hasta 2030 en unos 22.000 millones de euros y evitará que se emitan 3,4 millones de toneladas equivalentes de CO2.

Todos somos conscientes que no es suficiente, por eso es importante la concienciación individual para que cada cual aporte su granito de arena en esta lucha contra los microplástcos para conseguir un mundo libre de plásticos.