España tiene más de un 55% de territorio forestal y un millón de kilómetros cuadrados de mar, lo que la sitúa a la cabeza de la UE, resaltando que tan solo Suecia tiene un porcentaje mayor de bosques en relación al territorio del país en cuestión.

Los bosques y los terrenos forestales ocupan conjuntamente algo más del 55% de la superficie de España. Estos espacios vienen aumentado a un ritmo de más de 180.000 ha/año en los últimos 25 años, tanto por acción (repoblación forestal, forestación de tierras agrícolas) como por la expansión espontánea de los bosques consecuencia del abandono rural. Esta superficie forestal, tanto la arbolada como la desarbolada, ocupa unos 28 millones de hectáreas, convirtiendo a España en el segundo país de la Unión Europea en importancia de superficie forestal por detrás de Suecia.

Un estudio realizado señala que de los 50 millones de hectáreas de superficie total de España, el 36,7% están ocupadas por bosques; el 28% por tierras de cultivo; el 16,4% por matorral y suelo desnudo; el 13,9% por pastizales y el 5% restante por superficies edificadas, carreteras o ferrocarriles.

Del total de bosques y espacios forestales de España, dos terceras partes pertenecen a más de 2 millones de ciudadanos o colectivos privados, mientras que el otro tercio son públicos, ubicados en zonas de montaña y principalmente propiedad de ayuntamientos.

Paseos por el bosque a caballo¿Qué bienes producen nuestros bosques?

Los bosques de España producen bienes que en parte son comercializados vía mercado y servicios ambientales. Por orden de importancia, lo ocuparían la madera y leña con volumen aprovechado de casi 20 millones de metros cúbicos al año, el corcho con 70.000 toneladas al año (destaca la importancia del mercado del tapón de corcho con un factor de 350 millones de euros al año), la resina natural con unas 12.000 toneladas, además de caza y pesca, castañas, espárragos, esparto, frutos del bosque, pastos, piñón, setas, etc.

Es relevante el dato de que sobre la madera sólo aprovechamos menos del 40% del crecimiento de nuestros bosques y el 80% de ésta se genera en el 20% de la superficie, centrado en los territorios de Galicia y Cornisa Cantábrica. Precisamente es la madera la base de un complejo tejido industrial que incluye: industria de la madera (madera aserrada, tableros, envases de madera), industria de pasta y papel e industria del mueble.

Por otra parte, muchos de los productos no madereros de nuestros bosques, su aprovechamiento no está regulado, produciéndose de facto una apropiación libre no contribuyendo a sufragar los costes de la gestión forestal. Tampoco se contabilizan ni retribuyen los servicios ambientales que generan los bosques, como por ejemplo:

  • La regulación hídrica.
  • La mejora de la calidad del agua.
  • El efecto sumidero de carbono atmosférico.
  • El control de la erosión y procesos de desertificación.
  • La preservación de la biodiversidad.
  • Factores del tipo social como el paisaje, siendo clave en las zonas de costa, montañas e islas por su relevancia turística o el recreo y esparcimiento.
  • Etc.

Sin duda tangibles que ‘no tienen precio’ pero sí un valor incalculable para la vida.